Hay algo
que siempre llama la atención del visitante cuando pasea por las
avenidas o las calles de la isla. Nadie, no importa de qué país
venga, puede dejar de sorprenderse al contemplar lo que muchos
ya han llamado el "Museo Rodante". Este museo, creado
con total espontaneidad, ha sido el resultado del ingenio y la
capacidad creativa del cubano. Autos de diferentes fábricas norteamericanas
como la Ford, la General Motor y la Chrysler, principalmente de
la década del 40 y el 50, pueden encontrarse doblando una esquina
o detenidos ante un semáforo. Entre la gran variedad de autos
que pueden encontrarse rodando por las calles se encuentran: Ford
estándar, Ford de luxe, Mercury, Edstel, Cadillac convertible,
Cadillac de luxe, Cadillac dorado, Buick de luxe, Chevrolet estándar,
Chevrolet de luxe, Pontiac, Chrysler imperial, Chrysler de luxe
y estándar, el de Soto, el Dodge, el Kaiser, el Henry J, el Houdson,
el Odsmobile y el Plimouth. Estos autos, que enumerados parecen
una pequeña minoría, se encuentran excelentemente conservados
y llegan a sumar casi el 10% de los autos actuales. Coleccionistas
privados han llegado a la isla con el propósito de adquirir estos
autos antiguos, fotógrafos reconocidos vienen en busca de material
insólito para la composición de sus imagénes, prestigiosas cadenas
de televisión han dedicado espacio para reportajes sobre la estupenda
conservación de dichos autos por propietarios cubanos que han
creado durante más de 30 años una ingeniería mecánica para la
adaptación de piezas rusas a motores americanos.
El museo de autos antiguos, con
un carácter más histórico y solemne, puede visitarse en la calle
Oficios de La Habana Vieja.
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