Puede
decirse que Cuba es una isla que no ha cesado de concebir poetas.
La primera obra versificada, Espejo de paciencia, data
del año 1608 y se escribió en la villa de Puerto Príncipe por
el canario Silvestre de Balboa. En la primera mitad del siglo
XVIII, hacia 1733, apareció la primera obra teatral de autor cubano
que se tiene noticia: El princípe Jardinero y Fingido Cloridano,
del capitán habanero Don Santiago de Pita. En 1790 con la aparición
del Papel Periódico de La Habana, la burguesía criolla
logra un espacio importante. Manuel de Zequeiro (1760-1846) y
Manuel Justo Ruvalcaba (1769-1805), se consideran los poetas más
representativos de este siglo XVIII. En ambos poetas el sentido
de lo cubano va emergiendo lentamente con el amor y deleite por
las riquezas del suelo, dedicando sus versos a exaltar la piña,
el mamey y otras frutas tropicales. Es en siglo XIX cuando nacen
los grandes poetas y comienza a consolidarse así la tradición
en la poesía cubana. Versos tan hondos y hermosos como los de
Julián del Casal, Plácido, El Cucalambé, Juan Clemente Zenea,
Gertrudis Gómez de Avellaneda , Juana Borrero, José Jacinto Milanés,
Luisa Pérez de Zambrana, José María Heredia y José Martí, dejan
la huella de una lírica exquisita que, aunque romántica, supo
en algunos casos, sobrepasar los límites del sentimiento para
ofrecer versos de absoluto comprometimiento. En el siglo XIX se
escribe la primera gran novela, Cecilia Valdés, por Cirilo
Villaverde, que constituye uno de los legados más vitales. Otras
novelistas importantes que aparecen son Ramón Meza y Gertrudis
Gómez de Avellaneda. La poesía del siglo XX, inquietante por su
diversidad de estilos como el siglo mismo, se crece con los nombres
de José Zacarías Tallet, Regino Pedroso, Emilio Ballagas, Regino
Botti, Nicolás Guillén, Carilda Oliver, Heberto Padilla, Virgilio
Piñera, José Lezama Lima, Roberto Fernández Retamar, Gastón Baquero,
Nancy Morejón, Antón Arrufat, Eliseo Diego (premio Juan Rulfo
al conjunto de su obra), Cintio Vitier, Fina García Marrúz, Mirta
Aguirre, Pablo Armando Férnandez, Guillermo Rodríguez Rivera,
Angel Augier, y Dulce María Loynaz (premio Cervantes de la Academia).
La novela tuvo un desarrollo acelerado durante el siglo XX con
escritores que empiezan rápidamente a obtener importantes reconocimientos
internacionales. Así, la biblioteca de novela en este siglo aumenta
su colección con las obras de Miguel de Carrión, José Soler Puig,
Dulce María Loynaz, Severo Sarduy, Miguel Barnet, Leonardo Padura,
Senel Paz, Pablo Armando Férnandez, Luis Rogelio Nogueras, Guillermo
Cabrera Infante, Virgilio Piñera, Reinaldo Arenas, Jesús Díaz,
José Lezama Lima, Abilio Estévez, y Alejo Carpentier (premio Cervantes
de la Academia). En la actualidad la narrativa es uno de los géneros
que con más seguridad se ha desarrollado en los jóvenes escritores,
nombres como Alberto Garrido y Ronaldo Menéndez (ambos premio
Casa de las Américas), dan fe de la elocuente vitalidad en la
literatura cubana.
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