Reservada
para los días de Nochebuena, para el 31 de diciembre o para las
grandes ocasiones de la familia, la comida típica cubana resulta
sorprendente por la variedad de sus platos, lo bien condimentada,
y la cantidad que se sirve.
Se comienza tomando cervezas heladas,
Bucanero o Cristal, acompañadas con chicharrones de puerco recién
sacados de la manteca. Las mujeres se encargan de preparar los
frijoles negros dormidos, la yuca con mojo, frituras de malanga
o maíz, arroz blanco abundante, plátanos chatinos, ensalada
de tomates adornada con lechugas. Los hombres, casi todos agrupados
en el patio, van asando en púa una pierna de puerco, o un puerco
entero que se cubre con hojas de guayaba y cada cierto tiempo
se empapa con zumo de naranja agria. Este asado puede durar
horas en terminar, pero mientras, se sigue conversando y tomando
cervezas. Todo se sirve en fuentes, menos el puerco que se coloca
en una bandeja y al centro de la mesa. Al cubano le gusta comerlo
todo junto, casi siempre en el mismo plato, que se va rellenando
una y otra vez ya sea de puerco asado, de frijoles negros y
arroz, o de ensalada. Durante la comida se toma cerveza y agua
fría. El postre típico es la mermelada de guayaba con lascas
de queso amarillo, o los buñuelos de yuca en almíbar con anís.
La sobremesa se hace bebiendo ron y, después de haber comido
hasta la saciedad, se empieza a bailar hasta el amanecer.
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